Planificación y coordinación: Organizar el cronograma de actividades y asignar tareas a los equipos de trabajo.
Supervisión: Realizar el seguimiento del avance de la obra, detectando y solucionando desviaciones o problemas.
Control de calidad: Verificar que todos los trabajos cumplan con las especificaciones técnicas y de seguridad.
Comunicación: Actuar como enlace entre los distintos actores del proyecto, desde contratistas hasta el cliente final.
Cumplimiento normativo: Asegurar que todas las actividades se realicen conforme a las normativas legales, de seguridad y medioambientales aplicables.
Documentación: Llevar un registro detallado del avance de la obra, incluyendo informes diarios, control de costos y certificaciones para pagos
